Crísis: No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crísis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crísis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crísis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crísis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'. Quien atribuye a la crísis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crísis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
Sin crísis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crísis no hay méritos. Es en la crísis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crísis todo viento es caricia. Hablar de crísis es promoverla, y callar en la crísis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crísis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
ALBERT EINSTEIN.
Estas palabras de Albert Einstein me hacen recordar que en el vocabulario Chino, la palabra crísis es la misma que se usa para oportunidad. También me hace pensar en la crísis alimentaria que se ha desatado en el mundo entero, por supuesto golpeando mas a las sociedades pobres, irónicamente en parte, por la superación de la pobreza en sociedades como la China continental y la India.
En nuestro querido El Salvador, esta crísis nos da la oportunidad de corregir errores como la "reforma agraria", la "mejor distribución de la riqueza", y "justicia social". La reforma agraria no solo concentró mas la tenencia de la tierra, además dejo el 60% sin cultivarse! La mejor distribución de la riqueza terminó distribuyendo pobreza y miseria, especialmente en las áreas rurales. La justicia social terminó destruyendo la clase empresarial agrícola, dejando el agro en manos de una clase política corrupta e incompetente.
Cambiar nuestra "constitución" a estas alturas del juego es políticamente imposible, y tendremos que seguir soportando la limitación a la tenencia de la tierra, que se nos impone como un yugo. Tal vez podremos animar a "los padres de la patria" para que legislen sobre una ley de arrendamiento de tierras a largo plazo que permita la consolidación de grandes extensiones y así lograr economías de escala y productividad a través de la mecanización, administración profesional, y tecnificación con tecnología de punta (incluyendo transgénicos).
La falta de seguridad en las zonas agrícolas, donde los pequeños y medianos agricultores son víctimas del robo de sus cosechas, que a veces pagan con sus propias vidas, se puede corregir con economías de escala que hagan factible costear un efectivo sistema de seguridad. El financiamiento de actividades agrícolas, tan escaso en estos tiempos, se puede mejorar con un sector vigorizado por inversiones a gran escala, que tengan alcance global, y una visión mas moderna que la que se nos impuso durante la "década perdida".
No solo en los países "en vías de desarrollo" existen prácticas que limitan el crecimiento de la producción agrícola mundial. El proteccionismo y los subsidios para los sectores agrícolas en los países "desarrollados" generan hambre y pobreza en el resto del mundo, y su eliminación es también una oportunidad que se genera con la actual coyuntura de altos precios de los productos alimenticios.
La verdad es que si hacemos eco de las palabras de Albert Einstein, y si las clases políticas del mundo al fin deciden trabajar por el bien de sus pueblos y no solo por el bien de los intereses creados, se pueden crear políticas agrícolas que aumenten la productividad, y así superar la crísis alimentaria que sacude al mundo actual.