domingo, 18 de enero de 2009

El Precio Del Castigo

Para la humanidad, el precio del castigo siempre ha sido alto, pues políticamente hablando, siempre se termina votando en contra y no a favor. La elección de Barack Obama en los Estados Unidos me hace reflexionar sobre este concepto, especialmente al compararlo con la elección de Jimmy Carter en la década de los 70.

Jimmy Carter, un oscuro gobernador del estado de Georgia, con muy poca trayectoria política, y mucho menos experiencia, resulta electo para castigar al Partido Republicano por los excesos del presidente Richard Nixon durante el evento de Watergate. La historia ha juzgado al Presidente Nixon mucho mejor de lo que lo juzgó en ese momento, al ser quien inició la apertura hacia China y sentó las bases para una estabilidad estratégica en el mundo.

Jimmy Carter procedió a desmantelar la CIA, especialmente de recurso humano en las zonas de mayor peligro en el mundo. También procedió a recortar el presupuesto militar dejando a las fuerzas armadas en situación vulnerable, tanto con material como con recursos humanos. Persiguiendo una política en favor de los "derechos humanos", inocentemente en el mejor de los casos, terminó provocando la sustitución de regímenes autoritarios por regímenes totalitarios como en los casos de Iran y Nicaragua, que terminaron dañando aun mas a sus pueblos, y en su momento, se han convertido en amenazas para el mundo civilizado y democrático. En su afán por "ayudar a las minorías desposeídas", politizó instituciones de crédito como Freddie Mac y Fannie Mae, otorgando créditos riesgosos y sentando las bases para la crísis financiera que estamos viviendo en este momento. Fue tan grande el fracaso de este gobierno, generando el índice de miseria (inflación+desempleo+tasas de interés) mas alto en tiempos modernos en los Estados Unidos, que solamente duró un periodo de cuatro años, abriendo las puertas a la elección de Ronald Reagan, el presidente que restituyó el poderío de los Estados Unidos en todo sentido de la palabra, estabilizó al mundo estratégicamente, y propició la muerte del comunismo.

Barack Obama ha sido electo para castigar al Partido Republicano por los desaciertos del Presidente Bush, a quien creo que la historia ha de juzgar mejor de lo que lo está haciendo en estos momentos, pues en realidad ha defendido a los Estados Unidos y al resto del mundo de los ataques del terrorismo internacional, y en su momento realizó reformas importantes, aunque algunas de ellas fueron obstaculizadas por el Congreso controlado por el Partido Demócrata, como la restitución de los controles a instituciones financieras.

Ojalá me equivoque, pero Barack Obama tiene características en común con Jimmy Carter, y al juzgarlo por sus acciones iniciales, va por el mismo camino. La selección de su gabinete envía señales preocupantes, como por ejemplo la designación de Leon Panetta como director de la CIA, quien es alguien que no tiene ninguna experiencia en el área de inteligencia. Tambien preocupa la designación de la representante Hilda Solis como Secretaria de Trabajo, una mujer con raices sindicales que no augura un buen futuro para la competitividad laboral de los Estados Unidos y su pronta recuperación de la crisis económica. La designacion de Hillary Clinton como Secretaria de Estado obedece mas a necesidades políticas que a un deseo de generar una buena estrategia exterior para los retos que enfrentará Estados Unidos en estos nuevos tiempos.

Si a esto le agregamos las contribuciones oscuras que llegaron a financiar la campaña presidencial de Obama desde el extranjero, y los conflictos de interés de la familia Clinton en sus relaciones internacionales, tenemos que preocuparnos por estos vínculos y sus consecuencias. Recordemos que nuestro futuro como país está íntimamente ligado a los Estados Unidos, y cuando a ellos les da catarro a nosotros nos da neumonía. El mundo civilizado ya vivió momentos de debilidad de los Estados Unidos y tuvo que pagar un precio demasiado alto. Las raíces del terrorismo internacional y la crísis financiera que estamos viviendo, nos llevan en gran medida a políticas equivocadas de las Administraciones Carter y Clinton. Ojalá que la historia no se repita.